Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 17 de diciembre de 1870
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. García Ruiz
Número y páginas del Diario de Sesiones: 319, 9.217, 9.218
Tema: Separación del Sr. Olózaga, y reconocimiento por nuestro Gobierno del de Francia

El Sr. Ministro de ESTADO (Sagasta): El Sr. García Ruiz desea saber si el Gobierno español, y el Sr. Olózoga en su representación como embajador de España en París, ha reconocido la república francesa, el gobierno de la república una e indivisible, como dice S.S. Yo puedo manifestar al Sr. García Ruiz que el embajador de España en París reconoció al gobierno de la defensa nacional; porque el Sr. García Ruiz, que habla del gobierno republicano en Francia, debe tener entendido que el Ministro de Negocios extranjeros de aquella nación, después delos acontecimientos que tuvieron lugar a consecuencia de la rendición de Sedán, jamás habló de gobierno republicano a las potencias extranjeras; y tanto al dirigirse aquel Ministro de Negocios extranjeros al representante de España en París, como a los demás representantes de las demás [9.217] naciones extranjeras, jamás empleó otras palabras que las de que en Francia se había constituido un gobierno de defensa nacional. Mr. Jules Favre, Ministro de Negocios extranjeros de la nación vecina, no dijo nunca a las naciones extrajeras que en Francia se hubiera constituido un gobierno republicano. Por consiguiente, el embajador de España en París reconoció al Gobierno de la defensa nacional, reconoció al gobierno el hecho que se había constituido en París para la defensa nacional.

¿Por qué el Sr. Olózaga ha dejado de ser embajador? Pregunta después al Sr. García Ruiz. El Sr. Olózaga creyó conveniente a los intereses de España reconocer inmediatamente aquel gobierno. El Ministerio español no había dado instrucciones párale reconocimiento de aquel gobierno, porque le sorprendieron, como sorprendieron a todos los gobiernos, aquellos acontecimientos gravísimos. El Gobierno español llamó a Madrid al Sr. Olózaga; y como ya el Gobierno de hecho que existía en Francia había mandado llamar, o mejor dicho, había separado al embajador que Francia tenía en Madrid, el Sr. Olózaga creyó que no debía volver a Madrid con el carácter de embajador, puesto que en Madrid no lo tenía el Gobierno que de nuevo se había creado en Francia; y deseando el Sr. Olózaga venir al Parlamento, sobre todo para discutir en las cuestiones graves que se iban a ventilar, suplicó al Gobierno que le aceptara la dimisión, y el Gobierno creyó conveniente aceptarla, accediendo al deseo del Sr. Olózaga.

El Gobierno español, que quizá hubiera procedido con el que de hecho se había creado en Francia, de la misma manera que habían procedido los gobiernos de las demás naciones, una vez que el embajador de España en París había reconocido aquel gobierno, accedió por su parte a aquel reconocimiento.

Tal es el estado en el que hoy se encuentran las relaciones de España con aquel gobierno. Nosotros no tenemos ahora allí embajador, porque tampoco Francia lo tiene en España: allí hay un encargado de negocios, y Francia tiene aquí otro encargado de negocios. Estamos, pues, en el mismo caso y en las mismas relaciones. Esto es lo que hay, y creo que he contestado cumplidamente a las preguntas que me ha dirigido el Sr. García Ruiz.



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